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domingo, 21 de febrero de 2010

Experimento #341. Halo helmet.

En vista que este blog esta más muerto que la vida sexual de mi hermano. Me dispuse a realizar un experimento con ayuda del espécimen antes mencionado.

¿Cuántas balas puede resistir realmente el casco de Master Chief?
¿Qué es lo que hace que ese güey sobreviva a tanto desvergue?
¿Es acaso el nuevo mesías, el Jebús de nuestros tiempos?
¿Por qué Huelemelpie ya no se actualiza?
¿Cómo fue que Edipo no pudo darse cuenta que era su Padre?

La respuesta a algunas de estas incógnitas me dispuse a desvelar con ayuda de mis fieles compañeras...



y....



El secreto detrás de... HALO!!

Así pues, debido a mi estado etílico, y a la servicialidad y autísmo de mi fiel compañero, nos dispusimos a poner manos a la obra.


El sujeto.

¿Qué dijeron? ¿Spartan 117? ¿Mojaron el calzón, pinches Halo-es-la-verga-y-yo-si-se-la-mamo-aunque-sea-un-juego-muy-culerito-que-no-aporta-nada-nuevo-al-género?

Pues ah-ah. Ese es el pinche casco edición especial, de la 360 que traía no se que mamadas de halo3. La truza del imbécil del Master Chief o el kotex de la mamá.

No sé y no me interesa. Pero el compro-la-más-mínima-idiotez-que-saque-el-hijoputa-ese de mi hermano se hizo de ella.

Como para este entonces, yo ya me encuentro en un estado alcoholizado deplorable, presento los resultados de este experimento.


Eh, eh. Perdón. Ese soy yo sacándome un moco. Esto no debería haber pasado. Esta es la imágen en cuestión:


En conclusión. Después de 323 disparos calibre .177, 1.442 disparos de balines, 4 granadas expansivas, 3 bazookazos, 5 bombas de humo (pa' los mosquitos) y 3 o 4 pedos, podemos decir que los daños en el casco del jijueputa Spartan fueron mínimos. Otra de las conclusiones que saqué, es que me pongo bélico cuando tomo. Y otra es, que mi hermano, aparte de ser Halo groupie, es un buen patiño. Pero no es buen acompañante de alcoholes...



Mi blog volvió. En forma de fichas.